Lana. Sí, aunque no lo creas, existen los ecopañales fabricados de lana, de esa suave y natural proveniente directo de las ovejas, entregando propiedades antibacteriales e hipoalergénicas, además de regular la temperatura del bebé.
Esta innovación con base ecológica es obra de BeVerde, un emprendimiento que poco a poco ha seducido a mamás, contribuyendo a disminuir el uso de los pañales desechables.
Pero, ¿cómo es un pañal de lana? “La forma más fácil de explicarlo es acordarse del calzón de goma antiguo que dentro llevaba un pañal de tela. Lo mismo ocurre acá. Los ecopañales actúan como una cubierta de lana que en su interior tiene que llevar sí o sí un inserto de tela absorbente que va a retener todos los líquidos”, explica Camila Fernández, creadora de BeVerde.
La materia prima para fabricar estos pañales proviene de ovejas merino, “que es una raza que tiene características específicas. Se usa harto en la ropa outdoor, porque es antibacterial y termorreguladora, pero no existía un producto que usara esta fibra para hacer ecopañales y funcionan súper bien. Se pueden reutilizar varias veces entre mudas”, explica Camila.
¿Qué cara pone la gente cuando lo conocen?
Primero de sorpresa, no pueden creer que un pañal pueda ser de lana. Son muy escépticos, como a quién se le ocurriría usarlos. Pero cuando les empiezo a explicar sus propiedades se interesan mucho y cuando les digo que no hay que lavarlos seguido, ahí explotan, jajajá.
¿En serio? ¿Y qué pasa con los olores?
Esta lana contiene la humedad sin guardar olores. Mientras no entre en contacto con sólidos, no va a haber probabilidad de que proliferen bacterias y, por ende, no va a haber olores. De hecho, no hay que lavarlo entre mudas, basta con colgarlo para que se ventile. Esto porque se impermeabiliza, las ovejas producen un sebo que hace que la lana sea impermeable y el pipí resbala. Sólo lavas el de tela absorbente en cada muda. Ahora, si entran en contacto con materia fecal, sí o sí hay que lavarlo.
Justamente estaba pensando en eso…
Si bien estos pañales tienen propiedades antibacteriales, es decir que las bacterias no pueden proliferar, no son bactericidas. No van a matar a las bacterias. Hay que lavarlos con agua fría y jabón o champú de pH neutro para no desnaturalizar la fibra natural. Esto te asegura una vida útil del pañal súper extensa, que son 10 años. Y el pañal tejido, tiene garantía de reparaciones de por vida porque lo tratamos de una forma que dura mucho más.
¿Cómo los confeccionas?
Empezamos con proveedores de lana merino provenientes de distintas granjas del sur de Chile y ahora trabajamos con distintas asociaciones que nos venden la lana de forma primaria y nosotros luego gestionamos la tinción y los tratamientos a la fibra para que no se achique con los lavados. Es todo un proceso colaborativo y 100% nacional. Trabajamos con artesanas que los tejen a palillos y tenemos otra variedad en fieltro.
Camila, ¿cómo nació esta idea de desarrollar pañales de lana?
En 2016 fui mamá y siempre quisimos usar pañales reciclables, pero las alternativas que había eran muy sintéticas. En ese tiempo teníamos la sospecha de que nuestra hija tenía algún tipo de alergia y llegamos a la lana merino. Yo no inventé este tipo de pañales, los principales fabricantes son de Inglaterra, así que se me ocurrió intentar y fabricarlos yo. Me encantaron. Hoy las mamás que los prueban quedan felices y empiezan a recomendarlos, la mayoría de mis clientes llegan por el boca a boca.
¿Y cómo llegaron al mercado estadounidense?
Fue recién hace algunos meses. Hicimos una alianza estratégica con unos chicos que desarrollaron cubiertos de madera. Ellos hicieron el contacto y así mandamos nuestro primer pallet a clientes como Wallmart y Target.
¿Y si hablamos de precios?
Los pañales de lana son un poco más caros que otras alternativas de ecopañales, pero no hay que olvidar todas las propiedades que tienen. Hay familias que usan mixto, pañales desechables y de lana; y otras que sólo usan de lana. La última opción conviene más, porque si bien la inversión total puede ser de 300 mil pesos, pensando en tener pañales suficientes para la crianza, éstos te servirán para tus próximos hijos o, incluso, puedes venderlos, porque se les hace un tratamiento y se pueden reutilizar, con lo que recuperas parte del dinero invertido. Al comparar ese monto con lo que gastas en pañales desechables que tiras a la basura y contaminan el planeta, los de lana te convienen mucho más.
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